Porque de tal manera amó Dios al mundo...
Dónde pasarás la eternidad?
Vivimos en un mundo acelerado donde la vida es más ocupada que nunca. Si no tenemos cuidado, podemos fácilmente quedar atrapados en la prisa de los acontecimientos del día y luego preguntarnos dónde se fue el tiempo. Pensamos constantemente en lo que sigue, pero nos detenemos alguna vez a considerar qué sigue después de esta vida?
La Biblia enseña que nuestra vida es como un vapor "que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece." ​(James 4:14)
Dónde pasarás la eternidad es LA pregunta más importante que alguna vez considerarás.
Vas a ir al cielo? La buena noticia es que PUEDES saberlo con seguridad!
Romanos 3:10​
"Como está escrito: No hay justo, ni aun uno."​
Romanos 3:23​
​"Por cuanto todos pecaron, y están destituídos de la gloria de Dios." ​​
La Biblia enseña que Dios creó al hombre a su imagen y que el hombre fue hecho perfecto. El hombre caminó con Dios en el Jardín y recibió el mandamiento de no comer del árbol del conocimiento del bien y del mal.
Cuando desobedecieron a Dios en el Jardín, el hombre cayó de la perfección y trajo la maldición del pecado al mundo.
Romanos 5:12
"De consiguiente, vino la reconciliación por uno, así como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y la muerte así pasó á todos los hombres, pues que todos pecaron."
No sólo trajeron la maldición sobre sí mismos, sino que la pasaron a toda la humanidad. Debido a eso, toda persona que ha vivido ha nacido separada de Dios.
Romanos 6:23
"Porque la paga del pecado es muerte:..."
La maldición trajo un castigo. La muerte física es parte de ella, pero mucho peor que eso es la otra parte: la muerte espiritual. La paga, o el pago, por nuestros pecados es la muerte espiritual, o la separación eterna de Dios, en un lugar literal de tormento de fuego llamado Infierno.
Efésios 2:8-9
"Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios: No por obras, para que nadie se gloríe."
La Biblia enseña claramente que no hay absolutamente nada que podamos hacer por nuestra cuenta para trabajar, ganar o merecer nuestra entrada al Cielo. Somos totalmente incapaces e indignos. Algunas personas creen que pueden hacer suficientes buenas obras o volverse religiosas. Ninguna de estas cosas es suficiente. El hombre debe ser redimido y restaurado a Dios, pero no podemos hacerlo nosotros mismos. Entonces... ¿hay realmente alguna esperanza? ¡Sí! Dios tenía un plan para redimir a la humanidad y ahí es donde la gracia de Dios da esperanza a los desesperanzados.
Romanos 5:8​
"Mas Dios encarece su caridad para con nosotros, porque siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros."
La buena noticia es que no es el deseo ni la intención de Dios que el hombre tenga que enfrentar la muerte espiritual y el infierno. Él quiere que tengamos comunión con Él y estemos en el Cielo, pero primero debemos ocuparnos de nuestra condición de pecado. La Biblia enseña que, aunque somos pecadores sin forma de ir al Cielo por nuestra cuenta, Dios aun así envió a Su Hijo unigénito, Jesús, a morir en la cruz.
Romanos 6:23​
"...mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro." ​
En la cruz, Jesús derramó Su sangre y enfrentó el juicio de Dios que merecíamos. Solo Su sangre tuvo el poder de pagar el precio requerido por Dios para redimirte a ti y a mí. Debido a que Dios mismo pagó el precio, el regalo de la salvación se ofrece gratuitamente a todos los que simplemente crean en él y lo acepten.
Romanos 10:13​
"Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo."
Con sinceridad de corazón, inclina la cabeza, ora y:
1.) Confiesa y reconoce ante Dios que eres pecador.
2.) Cree que Jesús murió en la cruz y derramó su sangre por sus pecados, y resucitó de entre los muertos tres días después.
3.) Cree en el Señor Jesucristo por fe y acéptelo como su Salvador.
Pero realmente me salvará Dios? Cómo puedo estar seguro?
Romanos 10:9​
"Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo."
La buena noticia es que no es el deseo ni la intención de Dios que el hombre tenga que enfrentar la muerte espiritual y el infierno. Él quiere que tengamos comunión con Él y estemos en el Cielo, pero primero debemos ocuparnos de nuestra condición de pecado. La Biblia enseña que, aunque somos pecadores sin forma de ir al Cielo por nuestra cuenta, Dios aun así envió a Su Hijo unigénito, Jesús, a morir en la cruz.